María Magdalena: “Deja de delegar, tú eres ahora quien crea la realidad”
El autotrabajo
La
salida del frondoso laberinto en el que hoy se encuentra la humanidad
entera, así como dónde está toda esa gente amada de vuestro pequeño
entorno, no la podréis ver si no es informándose, reflexionando,
retrocediendo, sintiendo paso por paso, sopesando dulcemente el peso de
cada andadura. Viendo y observando sin emocionalidad todos los
mecanismos por los que os habéis dejado arrastrar día a día. Mecanismos
psicológicos y relacionales, laborales y sociales, económicos y
políticos. Tan solo con información y tomando conciencia de vuestro
proceso grupal e individual, fría, ecuánime y amorosamente, podéis
comenzar a esbozar la clave de la liberación de dicho proceso y empezar
a caminar suave y firmemente por los peldaños d la ascensión.
La chispa divina en ti
Cada
alma humana incluye la muerte, la enfermedad y el error desde el
momento mismo en que decidió separarse de lo divino y de la unidad,
para experimentar la dualidad, la vida terrena y explorar el camino de
reencuentro de su fuente de origen. La muerte no es sino parte de un
todo inseparable. Y la Unidad de ese Todo… fue y sigue siendo la piedra
angular de la enseñanza de nuestro hermano y maestro. No estéis tristes
por lo que habéis hecho, o por este territorio a donde habéis llegado,
tan solo informaros bien y cambiad ya lo que debe cambiarse en el
ahora, con sensibilidad, inteligencia y responsabilidad. Podéis
hacerlo; y podéis hacerlo hoy; ya sabéis que estáis asistidos. Pero
nosotros no podemos cambiarlo por vosotros; sois almas libres.
La co-creación
Amigos,
ha llegado la hora de aprender a ser los maestros de vosotros mismos y
de vuestros pensamientos. Tú, y tú, y tú… eres el pilar del nuevo
mundo, uno de los pilares imprescindibles de esa humanidad que ya
quiere salir de su confortable cárcel. Deja de orar, deja de pedir,
deja de delegarnos los cambios a nosotros. Tú eres quien crea. En la
oración, en el fondo de ella, hay una negación. Todo ruego a otras
esferas supuestamente superiores a la tuya, contiene y conlleva la
negación de tu ser creador. Cuando pides que se arregle un asunto,
estas diciendo que tú no eres capaz de cambiarlo, estás anulando tu
espíritu, tu fuego, tu chispa divina, tu libertad. Al orar, niegas tu
poder de crear, niegas tu luz, anulas tu fuerza. La mayor parte de
oraciones, desde el punto de vista energético, que no moralista,
muestran una falta de responsabilidad. Pides a otros seres, no importa
el nombre ni el color, que se hagan responsables de tu vida y de tus
circunstancias. Responsabilízate de cada cosa que ocurra en tu vida y
busca la manera de crear la circunstancia adecuada. Cada uno somos un
pedazo de ese dios creador de todas las cosas. Tú no eres distinto; ni
inferior. Cada uno es responsable de su vida y de todo lo que crea a su
alrededor. Dirige y enfoca la fuerza divina en ti. Utiliza tu poder
ahora. No delegues más a otros tu andar. Incluso si quieres orar por
alguien, envíale a ese alguien la fuerza sanadora que pides para él.
Imagina-inventa tu realidad
Entrena
tu espíritu, comparte y reparte tu poder de crear, haz que tu chispa
viaje hasta el núcleo de las personas que quieres ayudar. Puedes sanar
a la humanidad entera; tan solo se trata de emplear tu fuerza,
enfocarla y movilizarla. Cuantas veces hemos oído la frase… pide y se
te dará… Sin embargo, en los peldaños de la ascensión, la oración está
muy al principio, como cuando los niños aún necesitan una mano para
andar. En la adultez del proceso de autonomía espiritual, la oración es
un refugio cómodo que niega tu don principal. En realidad, tú creas,
pero siempre estamos insertos dentro de una trama de fuerzas; así que,
cuando tú decides y creas algo, todo el universo crea contigo lo mismo.
Eso es la cocreación. Siente en ti la fuerza de esa gran trama y vívela
como una realidad. Cuenta siempre con nosotros, pero no nos delegues
tus milagros. Puedes hacerlos; y ahora debes hacerlos; no hay otro
camino para evolucionar y ascender.
Sueña.
No contengas los sueños… Imagina. Crea. Concreta tus sueños. Hazlos
realidad. No te conformes con el deseo y la hipótesis, crea la nueva
realidad. No es real querer ser luminoso, o ser sabio, o ser bueno, o
ser fuerte. Simplemente sélo, practícalo, realízalo, verbalízalo, vive
como si ya lo fueras. Crea tu realidad. Créate a ti mismo… Muta. No hay
otra opción para avanzar, para ascender y para vivir esa ‘plenitud’ que
ni siquiera sospechas cuan grande es. Si no sueñas, si no anhelas… no
creas. Si no proyectas tu espíritu hacia algún lugar, tan solo das
vueltas en círculos. Moviliza tu espíritu hacia algún lado. Recuerda
una vez más que el error no existe, tan solo existe la experiencia.
Imagina, inventa, muta, emplea tu amor y tu poder sin miedo a
equivocarte.
Nunca
te equivocarás, tan solo experimentarás y explorarás. El camino de
experimentación de los miles de territorios que existen, ya sean más
oscuros o más luminosos, más invernales o mas primaverales, conduce
siempre al mismo sitio, al encuentro del átomo-germen de donde
procedemos.
Somos luz y geometría
Permitidme
hablar un minuto de mi amado… El Cristo que Jesús vino a mostrar, es el
cristo fundamental en todos nosotros. Él tan solo quiso recordar el
Cristal que crece, que se desarrolla y transforma, que cristaliza y
toma forma en cada uno de nosotros. Mi amado nos mostró la cantera, nos
mostró la ganga, nos mostró la piedra tosca, el pequeño canto… y nos
dijo que, dentro de esa piedra común, hay un diamante. Ese es el
cristal o el cristo que venimos a pulir a través de las edades. Y la
humanidad es la drusa a la que pertenecemos. La bella forma geométrica,
la transparencia y la luz que refleja nuestro cristal, siempre está
dentro de cada uno de nosotros. Somos eso, luz y geometría. Para que
vibre ese diamante, único y peculiar, tan solo tenemos que ir puliendo
los velos y las densidades que lo cubren.
El pecado y la culpa limitan y bloquean
El
pecado existe tan solo en función del un dedo acusador que juzga. Y ese
dedo no tiene nada de divino; procede de una humanidad que avanza a
tientas por las dimensiones de la dualidad; pertenece a un juego de
reglamentos y leyes inventadas por la divagación del alma. El pecado os
hace mover dentro de la culpabilidad, colectiva e individual. Y esta
culpa adquirida también tiene una función: bloquear el inconsciente.
Olvidar quiénes sois.
La nostalgia de la antigua unión con lo divino está grabada en cada célula
Parece
que nacéis con una deuda por pagar (el supuesto pecado original…) y
además les dais este legado a vuestros descendientes. Hagáis lo que
hagáis, parece que siempre vivís en ruptura con lo divino. Y esa es la
principal fuente del sufrimiento. La culpa es la mejor fuerza para
inculcar terribles frustraciones y miedos, para evitar o limitar la
capacidad de evolucionar, de explorar y de ascender. Si no se
trasciende ya ese antiguo código del pecado original, el primer y
determinante pecado de ‘usar nuestro libre albedrío’, el resto de
pequeñas culpas humanas no pueden decodificarse, pues todas proceden de
ese antiguo código de culpabilidad por haberse separado del Creador.
Sin embargo, fue él quien creó este camino de exploración y libertad.
La libertad es tan inmensa que incluso tenemos la posibilidad de
revelarnos, de explorar caminos difíciles, tenemos el derecho de
equivocarnos, de buscar. Jamás olvidéis que no existe el dedo que
juzga. No sois culpables…
El
alma es un principio que siempre encierra la chispa del origen. Estemos
en el nivel evolutivo que estemos, siempre hay una chispa candente en
el interior. Descender a este plano de la existencia humana nos sitúa
frente a ciertas trampas en las que caemos a menudo; es como si fuera
un juego. En el proceso de caída o densificación, nos vamos deteniendo
en distintos planos vibratorios, como si fueran peldaños, o distintas
habitaciones de una misma casa, y los exploramos. Al explorarlos vemos
si estamos o no en sintonía con el lugar, vemos si nos gusta o no,
sentimos si nos corresponde. La rebeldía existe gracias al libre
albedrío. Tenemos derecho a la rebeldía porque somos libres de explorar
y viajar, libres de equivocarnos, libres para sufrir y para gozar. La
rebeldía es a menudo necesaria para encontrar tu verdadero y peculiar
camino, tu lugar de sintonía y plenitud. Sin embargo, cuando asciendes,
el alma contempla cada vez con más ecuanimidad todos esos universos
explorados, todos los mundos que uno mismo ha inventado en el pasado, y
que forman parte de tu alma trabajada. El alma madura que observa,
discierne y evalúa, no precisa ya la rebeldía porque honra todos y cada
uno de los pasos, los estados y sintonías, pues todas ellas te
condujeron a encontrar tu frecuencia. Los distintos estados de
conciencia y niveles evolutivos son simplemente puntos de referencia
para captar mejor o peor cada obsáculo y la propia Realidad. Y la
gratitud por todo lo vivido, todo, es otra manifestación del proceso de
ascensión.
Estuvimos
unidos a eso que llamamos Dios. El mal no es nada más que la fuerza o
el egrégor correspondiente al sentido de separación con Dios o la
unidad. En el origen no existía más que la luz y el amor unificados. El
mal es el campo de energía generado por ese sufrimiento de separación
con Dios, de ese recuerdo, de ese vivir en el exilio, fuera de Casa. La
oscuridad es la fuerza resultante de este sentido de separación
existente entre el creador y la creación. Sin embargo, si hay dolor de
separación, significa que hubo matrimonio; que existió unión y fusión
de las dos fuerzas. Entre lo divino y lo humano hubo una unión sagrada
que siempre jamás está y estará inscrita o grabada en cada célula y
circuitode todo ser viviente.
El poder terapéutico del silencio
El
problema está en el olvido. En realidad no habéis hecho nada más que
olvidar desde que nacisteis. Habéis olvidado quien sois. De donde
venís. Qué hay dentro de vosotros, de qué estáis compuestos, cual es
vuestro origen… Escuchad. Tan solo escuchad. La voz os hará saber
vuestra verdad interior. No ignoréis el poder del Silencio. Tan solo la
fuerza del silencio os hará libres. Es el silencio interior quien borra
toda la cháchara del exterior. El silencio es vuestro mejor terapeuta.
Es precisamente el silencio tu guía custodio para encontrar tu origen.
Es a través del silencio como puedes recordar quién eres. Escucha el
silencio. Eso no es una frase bonita… Deja de leer este texto, cierra
los ojos y estate atento tan solo al silencio. Aunque haya ruidos
exteriores, tú tan solo enfócate en el silencio.
Pon
tu foco en el vacío, en el silencio que hay entre ruido y ruido. Tan
solo escucha. Allí, en el silencio y en el vacío, está contenida la
fuerza armónica de la Vida. Son los silencios entre nota y nota lo que
hace que exista armonía en la música. Atiende hoy a ese potencial del
silencio y empléalo para la regeneración de tu Luz.
Ahora hay mucha sombra porque hay mucha luz
Amados…
es cierto que ahora está muy presente la fuerza que habéis llamado el
anticristo. Es una presencia real en vuestra vida planetaria y
cotidiana; es incómoda pero al mismo tiempo positiva, porque os obliga
a reaccionar. Si no hubiera sombra, no habría tampoco toma de
conciencia de la necesidad de la luz. Esta presencia de la sombra nos
obliga a todos a trabajar sobre nosotros mismos para crecer. Eso ocurre
en la Tierra, en otros planetas y en distintos planos vibratorios. Si
ahora hay mucha sombra sobre la Tierra es también porque hay mucha luz.
Se trata de pura física: cuanto más alumbra un poderoso sol a un
objeto, tanto más intensa será la sombra que proyecta. Si apenas hay
sol, apenas hay sombra. Si hay tinieblas sobre la Tierra es porque en
estos momentos está llegando una luz muy resplandeciente. Los
acontecimientos anuncian la llegada de una gran ola de luz, pero aún no
estáis en el fondo del agujero. Durante la caída de un objeto al agua,
cuanto mayor es la velocidad, mayor es después el rebote de subida.
Ahora estáis cerca de tocar fondo y por tanto, por el impulso, de
reencontrar una luz muy poderosa. Aguardad grandes acontecimientos en
un futuro próximo y acelerad vuestro proceso de transformación
individual pues de esta caída y de vuestra metamorfosis dependerá la
nueva luz de la humanidad entera.
En
mis vidas terrenas he experimentado los efectos del riesgo y todas las
consecuencias generadas por el movimiento de mis decisiones y mis
actos. Cuando conviví con el Amado, sentí que no debía imitar su
actitud, ni sus ideas, como la mayoría hacía a mi alrededor, sino que
fui descubriendo paulatinamente su Esencia y fui penetrando en su misma
sintonía. Se puede decir que mi alma se arriesgó. Decidí sentir en mí
sus verdades, sus palabras, su amor a Dios y a la Unidad. Jamás creí en
él… sino que permití que su fuerza me atrajera, permití que se
produjera el magnetismo entre su esencia y la mía, una fuerza muy
distinta de la electricidad, aunque corran paralelas. La fuerza de
atracción del magnetismo, en cualquier faceta, es una clave para
comprender la fuerza del Amor. La creencia es como una muleta
innecesaria e ingenua. Las creencias son una fuerza ciega e incluso a
veces insensata e ilógica. La creencia parece que dista mucho de la
confianza, la fe y la certeza. La creencia jamás es una experiencia, ni
un conocimiento directo. En el fondo, la persona que cree en algo, es
un ser influenciable que acepta que otros piensen por él; alguien que
permite que otros digan cómo alimentar su alma única y peculiar.
Experimentar significa simplemente arriesgarse. En el riesgo está
contenida la fuerza de la fe. Sin riesgo y experimentación directa, tan
solo nos queda la creencia y la imitación. Sin el riesgo, tan solo vive
en ti el temor y el miedo, esté o no disfrazado, el cual se diluye
rápidamente cuando arriesgas y te atreves a dar nuevos pasos hacia lo
desconocido. No te estoy hablando tan solo de misticismo sino de
arriesgarse a experimentar nuevos territorios en tus relaciones, en tu
trabajo y en tu cotidianeidad. Esa es hoy mi visión, mi vivencia y mi
aportación.
El
Amor que supera y trasciende al amor, siempre florece, jamás muere. El
Amor no se manifiesta a trocitos, según las necesidades de cada uno. El
Amor se manifiesta del todo y a todos, sin dosis ni distinción. Cierto
es que eso es precisamente lo que todos estamos aprendiendo hasta el
fin de los tiempos: a amar; amar y seguir amando. Este es el gran
aprendizaje; de hecho se podría decir que es el único aprendizaje. Pero
no todos los seres humanos saben recibir amor… Saber abrir los brazos
plenamente cuando uno es amado por alguien, es algo que también se
aprende y se cultiva. Y se aprende cuando lo observas en ti, lo
disciernes y cuando reconoces tu resistencia a ser amado.
Resistirse a ser amado es frenar la fuerza de la Vida y
del crecimiento sin fin. Sin embargo, dar amor y expresar ternura a
veces requiere paciencia y benevolencia pues la respuesta a tu amor a
veces es la indiferencia, el silencio y la ignorancia del otro hacia tu
Ser. Esa indiferencia es la causa de muchos sufrimientos. Retírate de
los lugares donde no te aman, pero aprende también a retirarte cuando
tú aún no amas. Recuerda que el Amor puro siempre florece y se
manifiesta en plenitud, armonía, ritmo y constancia, jamás es una
retención, o una condición, o un intercambio de intereses a tiempo
parcial. Emanar amor y recibir amor es todo un acto consciente e
inteligente. Pon atención a tus relaciones, ya sean más o menos
íntimas. El Amor a la vida y a los seres es un elemento divino que se
construye sobre la fuerza de la Voluntad y el Discernimiento. Estos son
sus dos grandes pilares. Eso fue lo que aprendí de mi amado…
La importancia de la alegría
Lo que os
empuja a buscar es el Recuerdo de la Alegría. El impulso, el motor, la
ambición que nos levanta cada mañana, es ese recuerdo ancestral. Todos
tenemos esa memoria, aún sin saberlo. La Alegría es la fuerza magnética
que nos da vida y capacidad de amar. Tenemos el recuerdo de la alegría
porque ella es el aliento de nuestra vida y la impronta de la creación
y del creador. Sin alegría… nos vamos resecando. Sin ella, no
conseguimos amar, ni a la vida, ni a los hombres. Amados, tenéis que
permitir que el tiempo fluya, debéis conformaros con el correr natural
de la horas y de los procesos. Una fruta no alimenta si no está en el
árbol el tiempo necesario de maduración. Es cierto que el tiempo hoy
corre de una forma distinta que antes porque también está cambiado su
frecuencia y calidad vibratoria, junto a la galaxia entera y proceso
mutante de las edades. Aprende a jugar con el Tiempo, hermano del alma.
Para conocer el lenguaje de la Alegría y poder sentir su gran fuerza
creativa, requiere que sepas manejar el tiempo y sus mutaciones, que
sepas jugar con esos plazos cortos que hoy nos ofrece la vida para
mutar y ascender, requieres que te adaptes a realizar cambios
sustanciales según el nuevo reloj de la Tierra. No pierdas la fuerza de
la alegría por ese estrés innecesario; el estrés no es nada más que una
falta de adaptación, una falta de elasticidad y relativización. Aprende
a divertirte cada día, en el trabajo o en lo doméstico, en el interior
de tu ser, o en el exterior y social. Pon humor en cada uno de tus
pensamientos y tus actos; comprobarás que tu corazón lo agradecerá. La
Alegría debilita los nudos y acaba deshaciendo la rigidez. Recupera el
recuerdo de la alegría, actualízala; consigue que no sea solo un
recuerdo. El humor fue también una de las grandes y sorprendentes
enseñanzas de mi amado…
La sanación profunda sólo puede venir desde dentro
Nadie
nace con la maestría… La debilidad es un enorme freno a la evolución, a
la liberación y a la ascensión. La debilidad es una forma de enfermedad
y de muerte. De hecho, es el olvido de la fuerza de la vida y del
aliento interior. Sentirse débil, incluso escudarse en ese estado, es
como un letargo energético completamente ajeno al impulso creador que
poseemos. Reconocer nuestra debilidad y fragilidad es ya un avance, es
dar muestras de lucidez. Ese es el primer paso para el cambio. Y esa
lucidez de reconocer que no usamos nuestro poder, en el fondo contiene
humildad. Nuestras debilidades, incluso el hundimiento, las crisis, los
miedos, las dudas, tienen también una función… La materia es portadora
de las semillas de la redención y la transformación. Revelarse contra
la materia y la densidad es claramente lo que alimenta el juego de la
separación. La existencia de la materia es precisamente lo que permite
la reunificación. Aunque no lo parezca, existe una fuerte complicidad
entre materia y espíritu. No te disperses, no depongas tus decisiones,
no relajes tu confianza, no despliegues tu mente generando excusas. No
olvides tu centro, el motor de tu voluntad, ni la llama interior, ni tu
potencial de amar. Un principio cristalino y luminoso convive con tu
pequeño yo. La maestría es posible en ti, y llegará a instalarse por
completo cuando utilices sanamente tu poder y cuando aprendas a
gestionarlo. Negar la llama de tu interior, unida siempre a esa trama
inteligente de eternidad, es inútil.
Tu
alma, y la de todos los hombres y las mujeres, conserva siempre su
visión interior, por pequeña que te parezca tu llama. Conserva el
recuerdo de la luz, de la fuerza y del amor. Yo pude ver en mí esa
llama, y pude recuperar el recuerdo de mi verdadero ser, mi valor y mi
poder. Si yo, como tantos, lo hice, tú también puedes.
El principio crístico está siempre
en nosotros. Es la fuente de nuestra capacidad de amar. Es un principio
andrógino, en el que los opuestos y complementarios son solo Uno. El
androginato es la búsqueda o la atracción magnética entre dos polos. De
hecho es la fusión de los polos en una sola fuerza creativa, en un solo
principio. Eso es el cristo interior, el cristal de luz que vibra aún
en la oscuridad. Ida no existe sin pingala, el yin no existe sin el
yang, la intuición no es útil sin el raciocinio, la luz no se ve sin la
oscuridad, la acción no existiría sin el reposo. La atracción magnética
entre dos polos aparentemente opuestos, es inevitable y es natural. No
neguéis esa dinámica del amor. Es completamente legítimo, e incluso
necesario, la búsqueda de la pareja que nos complemente, porque todos
anhelamos completarnos en ese androginato espiritual. Sentir y
necesitar la completitud, en el ser humano es un proceso natural para
dirigirse hacia la Unidad. Las leyes del amor contienen siempre ese
principio crístico y andrógino. Todas las relaciones humanas de pareja
vibran en esa sintonía, ya sean en una frecuencia más lenta o más
rápida, con intereses o sin, con sufrimiento o sin. La clave es ese
anhelo del androginato, el recuerdo de quién éramos y aún somos. Esa es
una búsqueda que os parece eterna, porque estáis en la Tierra… Asumid
vuestra humanidad, admitid esa búsquela espiritual dentro de lo humano.
Podréis distinguir la fuerza complementaria sana y evolutiva para
vuestra vida, cuando sintáis que aquella persona no os resta energía
sino que os la proporciona, o sea cuando os impulse; percibiréis que
algo de ella os llena y revitaliza. Cuando sintáis esa fuerza de
regeneración en cuerpo, mente y alma, es que aquella fuerza polar os
está llevando hacia el androginato y la completitud de vuestro Ser. No
tengáis miedo de la gran fuerza magnética que contiene el Amor.
Existen
memorias perturbantes y memorias benéficas. Todos los seres somos
portadores de memorias maravillosas; las que tuvieron efectos benéficos
para nuestra alma. Nuestra alma es un archivo de todo lo vivido. No es
necesario contemplar tan solo las memorias de sufrimiento; es cierto
que existen y pueden ser transformadas en humus para tu maduración y
florecimiento; todo recuerdo doloroso grabado consciente o
inconscientemente puede y debe sanarse. Pero también podéis recordar,
amplificar y bendecir todas las memorias del amor dado y recibido, las
memorias de alegría y de paz, las memorias de plenitud y prosperidad,
las memorias de salud y agilidad… Lo importante es la actitud que
toméis ante el almacén de vuestra alma. La sanación profunda tan solo
puede venir desde dentro. No alimentéis más la falacia de curar desde
el exterior. No os enfoquéis más en los problemas sino en las
posibilidades y la potencialidad. Buscad, o ayudad a buscar, las
memorias que os enferman, que os intoxican y que conformaron vuestro
ser, agradeciendo el haberla identificado. Pero no olvidéis jamás el
buscar a la vez las miles de memorias magníficas que también os
formaron y llenaron de luz, hasta el punto de alabarlas, agradecerlas y
dignificarlas. La gratitud es una de las etapas determinantes de la
ascensión humana.
Sentar las bases para una nueva conciencia
Hoy,
como Ser, con toda mi seriedad y anhelo de servicio a la Tierra, siento
que debo dar un mensaje especial y un llamado de atención importante y
urgente. El ser humano debe ya poner fin a la fuerza centrífuga que lo
aleja de sí mismo. La nueva ciencia de la conciencia ha llegado a ser
para vosotros de rango prioritario. Debería ser vuestra principal
prioridad y no una especulación ridiculizada, o en el mejor de los
casos ignorada, y desde luego, un asunto siempre temido. Sois vosotros,
los que leéis este texto por ejemplo, cada uno en su entorno,los que
debéis sentar las bases para esta nueva ciencia de la conciencia que se
impone, una conciencia vinculada siempre a la energía y a la naturaleza
biológica. Sois vosotros los que debéis reformular la espiritualidad.
Es cada uno de vosotros quien debe encontrar el nuevo lenguaje para
hablar, ya sin miedo al ridículo, sobre el alma del ser humano y sus
necesidades, sobre el aspecto multifactorial de vuestras alteraciones
psicológicas, energéticas, anímicas y consecuentemente orgánicas, sobre
la ética interna y la llama perenne que posee cada ser humano, sobre
dejar de crear karma, sufrimiento y densidad, y aprender a crear
dharma, sobre la necesidad de renovar por completo la pedagogía, la
creatividad y la medicina, sobre la libertad de elección, de expresión
y de autonomía espiritual sobre el lenguaje único del amor puro y la
dignidad… Sois vosotros, vuestra generación y la de esos hijos que
educáis, quienes estáis plantando las semillas de la nueva
espiritualidad, un concepto de conciencia y de espíritu claramente real
y práctico, libre, laico, no ritualista, ni manipulador, ético,
coherente y necesario día a día. El amor, la preservación y la
sostenibilidad del planeta, no darán ningún fruto sino se realiza junto
a la revolución de la conciencia. Hasta ahora, en vuestra intensa
subida de vibración y ascensión, habéis estado jugando a ser
espirituales y aprendiendo las reglas del juego. Ha llegado ya el
momento de incluir la espiritualidad en la práctica cotidiana, el
momento de trabajar desde la ética de vuestra conciencia, de sanar
desde la coherencia causal, integral y no parcial, de amar,
relacionarse, compartir y crear, en definitiva, desde esta nueva
ciencia global de la conciencia y la realidad espiritual. Salid de la
teoría, amados, salid ya de los prejuicios religiosos, mágicos o
ancestrales. Trabajad y dirigiros hacia ese futuro brillante,
abundante, feliz, inteligente y pleno al que podéis llegar, y hacedlo
de forma acorde y respetuosa con la naturaleza y las leyes de la Vida y
del Amor.
Amados,
no podemos ser eternamente ángeles de la guarda de vuestra
civilización. Llega un momento en el que el adolescente debe asumir sus
responsabilidades. Y vuestro momento ha llegado.
La llamada
ahora no es ya para las personas que tienen una búsqueda espiritual
despierta sino para todos los seres humanos que tienen la sensatez y la
humildad de admitir que el ser humano no es el único ser consciente de
la galaxia, ni tampoco el centro del universo. Muchos de nosotros ya
estamos entre vosotros, renacidos temporalmente en varios cuerpos
simultáneamente, pues las almas maduras son desdoblables. Incluso
estamos entre vosotros induciendo las mentes y los corazones de
personas con el canal perceptivo abierto, como el que ahora os traduce
estas pequeñas palabras mías para vosotros. Nosotros, bien sea que nos
llaméis ángeles, maestros o extraterrestres, pues al fin y al cabo
somos almas que no pertenecemos a la Tierra, queremos aunarnos a
vuestro proceso alquímico. Ese es ahora uno de nuestros servicios
pedagógicos de amor y de contribución real a la evolución de las razas,
por eso venimos y nos comunicamos. Esta etapa vuestra no es comparable
a muchas otras; es distinta, delicada y definitiva respecto a vuestro
futuro. Estáis justo en el cambio profundo de trascender el ser
‘humano’ para convertiros en el ‘ser espiritual’. Las escuelas
iniciáticas ya no os resultan útiles, como si lo fueron cíclicamente.
La única escuela de iniciación a nuevos planos más sutiles está
únicamente en vuestro interior, en vuestra intención, en vuestro
corazón. Vosotros ya lleváis todo el conocimiento de luz y de amor. Y
ahora una gran mayoría ya tenéis toda fuerza necesaria para despertar y
vibrar como seres superiores. Vuestros circuitos ya han sido iniciados
paulatinamente y preparados para admitir la fuerza de la Verdad. Fue
precisamente mi amado quién inició este cambio de vibración en
vosotros, por eso él está en nuestro interior. Siempre lo está.
Independizaros de todo precepto, pauta o condición. Incluso os animo
intensamente a replantearos, y a independizaros, de muchas costumbres
aparentemente inocentes.
Existen
muchos núcleos de amor y armonía en la Tierra. La sorpresa será grande,
muy grande… para los que duermen e ignoran la fuerza de la Luz. Existe
más conciencia de la pensáis, hermanos; hay mucha luz… El hombre es
sensato; a pesar de sus condicionamientos, mieedos y prudencias, ha ido
buscando su luminosidad, muchas veces en solitario y a tientas, y ha
ido encontrando esa luz interior que todo lo guía y lo nutre. En un
momento dado, cuando haga falta decidir seriamente, escogerá el camino
de la coherencia y la fraternidad. Cuando se necesite de ese hombre
sencillo, te dará su pan, te tenderá la mano, construirá contigo.
Recuerda
que el individualismo actual es el camino cómodo y fácil cuando no hay
una fuerza grupal unida y cohesionada, clara y fuerte que avance en
oposición de los intereses individuales. Pero ese ser individualista
tiene un intenso anhelo de compartir, de amar y de ser amado por una
vez. Observa que precisamente por la intensa comunicación inmediata y
los medios alternativos y no oficiales, la humanidad se está
unificando. Estáis unificando criterios, decisiones, sentimientos,
acelerando acciones… Este proceso popular de unión y comprensión es el
gran fenómeno actual, poco esperado por vuestros dirigentes, el
fenómeno que está haciendo crecer exponencialmente el grado de
conciencia de cada ser. Utilizad bien los medios disponibles,
tecnológicos y psíquicos, con medida, inteligencia y eficiencia,
filtrad lo que debáis filtrar, y no olvidéis que esa red vuestra es una
réplica burda de la red de comunicación sutil en la que otros seres no
humanos estamo inmersos y empleamos para crear unión y armonía. El amor
utiliza todo lo que sea necesario para su revelación.
Solicitáis
cosas prácticas. Pues amados míos, atended a estos temas simples y
actualizadlos en vuestras almas. Cuando esas cosas estén presentes real
y prácticamente aparecerán temas más complejos e interesantes. Busca,
encuentra y desarrolla un propósito simple y humilde. Cuando lo
consigas y lo integres, ve desarrollando otros propósitos, que tal vez
sean cada día menos simples. Pero empieza por enfocarte en el primer
peldaño y consigue cumplir tus pequeños propósitos. Observa si hay
contradicción entre lo que dices, lo que piensas y lo que haces. No
perpetúes tus autoengaños. Desnúdalos y explícate a ti mismo las dos
versiones, no la de siempre. Cuestiónate a ti mismo. Sé sincero, ámate
y respétate. Escucha bien a tu alma. Fomenta en ti, en tus hijos y tus
amigos actitudes conciliadoras y fraternales. Trasciende tu
individualismo, deja de escucharte solo a ti. Pronto tendrás muchas
cosas que hacer en grupo. Entrénate en compartirlo todo en tu vida.
Todo, significa todo.
Solo
acepta como verdad, aquellas cosas que resuenen muy profundamente en tu
corazón o alma. Solo lo que te impulsa respirar y a sonreír. Acepta e
integra como tu verdad aquello que resuene con tu propio
discernimiento, no intelectual sino intuitivo o procedente de tu
sabiduría innata. Sepárate, aíslate e ignora todo lo que promueva la
manipulación, la especulación y la explotación humana y planetaria. No
participes, ni directa ni indirectamente. en nada que agreda el respeto
y la libertad. El universo ahora os pide mucha impecabilidad. Porque
siempre todos podemos ser mucho más impecables… De la misma manera,
podemos ser más honestos aún, más autodisciplinados, más eficientes,
más claros, más coherentes… Actúa como si ya lo fueras. Practica y
avanza. No te duermas.
Perdonar
no es olvidar. Incluso es mejor que no olvides nunca las lecciones
aprendidas. Cuando aparece el perdón de forma natural es porque has
conseguido comprender, o porque conseguiste ponerte en el lugar del
otro, e incluso agradecerle lo que hizo, porque aprendiste y
ascendiste. El que te hirió, fue un agresor, incluso fue ignorante,
pero fue también tu maestro. Confía en las experiencias. Tienen un
sentido. Ignora el dolor. Es incomprensión. El rencor, también. Cuando
conviví con mi amado, pude ver a diario como practicaba el perdón con
centenares de personas que no aprobaban sus actitudes. El entorno no
era fácil, como tampoco lo es ahora; no estáis en una época cómoda,
aunque lo parezca. Y esta es la mejor época realmente para practicar el
verdadero perdón. Fue precisamente la práctica diaria de mi amado, su
constancia y su coherencia con el perdón, con la comprensión y con el
amor, lo que a mí más me tocó el alma; y lo que me convenció de su
grandeza. Fue de sus actos de lo que más aprendí a amar, no de sus
palabras. Ser coherente con el Amor no es fácil, pero es posible.
Cásate contigo mismo
Comprométete
contigo, únete a tu ser. Se fiel a ti mismo… No busques más. Estate
quieto para que el Amor te encuentre a ti. El Amor… hace tiempo que te
busca. Si tu alma está quieta, te encontrará. Cuando estés sin
expectativas, sentirás esa gran fuerza. El amor y el tiempo tienen un
curioso y fuerte vínculo. Veréis… vosotros, los seres de luz encarnados
ahora como humanos, tenéis el tiempo limitado. Es parte inherente de
vuestro ser: el precioso tiempo que tenéis. Esa es vuestra condición
humana. Fuera de la experiencia en la Tierra, sois eternos, ilimitados,
infinitos. Pero aquí, encarnados en un cuerpo, tenéis ese tesoro: el
tiempo parcial y acotado de realizar un proyecto, o un trayecto, o un
proceso, o un aprendizaje, o una maestría… Es el plazo que os disteis
para hacer algo concreto. El tiempo es vuestro aliado y a la vez es
vuestro impulsor y vuestro desafío. Cuando dedicáis tiempo a alguien…
ese es el regalo más precioso que le podéis dar. Ese tiempo vuestro que
le dais a otro, es irrecuperable, porque es un trozo de vuestra Vida.
Eso es el Amor… Eso tan sencillo también es el cristo fundamental en
todos vosotros.
(Textos de María Magdalena inducidos a Marta Povo entre octubre y noviembre’09, para una ayuda humanitaria inmediata)
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